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Ocuparse de lo enigmático de un instrumento sin desentenderse de su naturaleza, experimentar con el sonido que genera ese instrumento, sus posibilidades estéticas, política o mágicas, es la más primigenia de las búsquedas de un arte sonoro.

En ese ahondar entre el lugar y el instrumento, en la búsqueda de esa voz propia que vibra dentro de cada instrumento criollo, encontramos la huella por el que transita el arte de Claudio Hernán Guzmán.

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Y es así que en su camino la tradición y la técnica de los instrumentos criollos se revisitan con gestos del ambient, el noise, y la electrónica minimalista. Pues así entendemos su acción de poner en primer plano al ruido y al desgaste de los materiales fonográficos como un terreno expresivo a reivindicar tanto para el noise como para nuestro folklore.

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Texto extraido del festival Santo Noise 2021, Julio Kaegi

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